¿No resultaría extraño que la mirada de nuestras mascotas nos genere sensaciones o emociones diferente a la protección y amor? La ciencia ha demostrado que es normal sentirse débil ante la mirada de uno de nuestros amigos peludos.
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Lo que dice la ciencia sobre la mirada de los perros.
Un grupo de investigadores, liderado por la psicóloga Juliane Kamisnki, analizaron los músculos faciales de un perro mestizo, un golden retriever, un sabueso, un husky siberiano, un chihuahua y un pastor alemán. También fueron utilizados cuatro lobos grises para adentrarse en su investigación.
Durante la investigación se percataron que, dentro de los perros, el músculo llamado levator anguli oculi medialis es más grande que en los lobos. El músculo se encuentra por encima de la ceja e implica una mayor comunicación facial y expresiva.
Lo que hace es que “parezcan más grandes, más infantiles y también se asimilen a un movimiento humano que se produce cuando estamos tristes”.
En palabras de Kaminski, no está comprobado que nuestras mascotas muevan sus músculos de manera intencional, por lo que sería algo inconsciente y solo de adaptación. Lo que sí, es que su mirada provoca algo en nosotros, algo que no se puede explicar fácilmente.
Otra de las cosas apreciadas fue que, en comparación a los lobos, los perros mueven con más regularidad sus cejas en presencia de una persona. Lo que les llevó a concluir que, aunque no lo hagan conscientemente, puede ser utilizado como una forma comunicativa o como un vínculo que implique algo más que solo una mirada.
“Nuestros hallazgos muestran cuán importantes pueden ser las caras para captar nuestra atención. Al parecer una nueva fórmula ha sido, y cuán poderosa puede ser la expresión facial en la interacción social”, dijo en un comunicado la coautora del estudio y psicóloga evolutiva Bridget Waller.
Los investigadores determinaron que este movimiento es consecuencia de su evolución durante muchos años de adaptación a las necesidades de los humanos y por la manera en la que fueron domesticados. Así, con el transcurso del tiempo, tuvieron que adecuarse al nuevo estilo de vida que les esperaba a las siguientes generaciones caninas.
Cabe mencionar que para haber alcanzado la domesticación de los perros que conocemos hoy en día, hubo detrás una larga historia, pues algunos fueron utilizados como una herramienta de trabajo o simplemente como compañero de vida, pero nunca les fue fácil lograrlo.
En la actualidad se siguen haciendo diversos estudios respecto al lenguaje corporal y oral de los animales, por lo que en cualquier momento se puede cambiar lo que se conoce hasta hoy de ellos.
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