¿Qué es la hepatitis en los perros?

Esta enfermedad ha sido muy regular especialmente en los cachorros sin vacuna. No tiene relación alguna con la hepatitis humana, son muy diferentes, pero eso sí, de muy alto riesgo de contagio entre caninos.

¿Quieres conocer más? Continúa leyendo y entérate…

La hepatitis canina, también conocido como enfermedad de Rubarth, es causada por el mastadenovirus A canino (antes adenovirus canino 1). No solo afecta a los perros sino también a lobos, osos, zorros y coyotes.

Esta enfermedad tiene una tasa de mortalidad alta y de una muy rápida manera de contagio. Se dice que un perro después de curarse puede excretar el virus durante seis meses. Aunque haya tratamiento, en algunos casos es mortal.

Tipos de hepatitis.

Hepatitis infecciosa.

Provocada por el adenovirus canino tipo 1, por medio de secreciones, orina, agua y áreas contaminadas. Afecta a los cachorros.

Hepatitis Autoinmune o enfermedad hepática autoinmune.

Se le llama así por ser causa de la reacción del propio sistema inmune del perro cuando ataca a las células del hígado (hepatocitos), ya que los confunde con agentes patógenos.

Hepatitis común.

Es aquella que causa una inflamación hepática por la exposición del organismo a tóxicos y medicamentos que son capaces de producir daños en el hígado. Los síntomas se presentan cuando el daño ocasionado es grave.

Formas en la que se presenta la hepatitis canina.

Forma hiperaguda.

Se presenta en cachorros entre las tres semanas de nacido. El síntoma principal es dolor en el abdomen y, a pocas horas, la muerte.

Forma aguda.

Los principales síntomas son: fiebre, inflamación de las amígdalas (éste síntoma es el más importante debido a que no es habitual en los canes), mucosas enrojecidas, inflamación de los ganglios linfáticos situados debajo de la mandíbula y convulsiones.

Otros síntomas son: vómitos, pérdida del apetito y diarrea.

Cuando está muy avanzada, el hígado se inflama, las encías sangran y los músculos son contraídos debido al dolor que sienten.

Forma leve.

Con diarrea, fiebre y ganglios linfáticos inflamados.

Tratamiento.

Después de que el veterinario o el especialista haya hecho análisis de ADN para determinar si padece de la enfermedad, el tratamiento debe de ser muy riguroso.

Se da antibióticos para controlar las infecciones bacterianas, medicamentos para controlar los síntomas (fiebre, diarrea, etc.), dieta especial para ayudar al perro a mantener una línea basada en nutrientes fundamentales, reposo absoluto, antiinflamatorios y aislados de otros animales.

Prevención.

Lo más recomendable es que el canino reciba las vacunas que le corresponden lo antes posible para que se evite algún contagio de ésta u otra enfermedad. Siempre será lo más seguro y la manera en la que le ayudaremos a sentirse bien.

Si cuentas con una mascota infectada, al estar en contacto con ella, cambiarse de ropa es la mejor opción. Con esto, evitarás “transportar” y ser la vía de infección hacia tus mascotas.

Recuerda estar al pendiente de tu amigo, si notas alguna sospecha, acude lo antes posible con el veterinario para que lo examinen y determinen qué es lo que sucede.

¿Alguna vez te has preguntado cuáles son los motivos por los que huelen la cola/? Entra a nuestro blog y conoce más información que te resultará de utilidad.