¿Cuáles son los alimentos que no puede comer un perro?

A nuestros hermosos compañeros solemos darle de comer todo tipo de alimento, su mirada al vernos comer algo nos llena de ternura y optamos por darle un trozo de lo que estamos comiendo. Esto para nada es ideal, más si es algo que no debería de ingerir.

Todo lo que se lleve al estómago tendrá un efecto distinto, no es lo mismo darle croquetas (alimento hecho especialmente para ellos) a darle un pedazo de chocolate. Cada uno de ellos está compuesto por diferentes cargas nutritivas y no tan nutritivas, por lo que saber lo que está a punto de comer es muy importante.

Déjanos contarte cuáles son los alimentos que son perjudiciales para su salud, con el fin de que, para la próxima vez, no le des de comer ninguno de ellos.

Huesos.

Es el alimento más común que solemos dar a nuestras mascotas y por obvias razones, no es lo más apto de hacer y menos si son en grandes porciones al día e incluso a la semana. Los huesos pueden quedar atascados en su garganta y provocar una asfixia. Además de que, al momento de que lleguen a su estómago, podrían causar lesiones dentro.

Chocolate.

Estamos seguros que es el alimento del que más has escuchado hablar y no es casualidad. Si nuestro perro ingiere más de lo que su cuerpo resiste, podría llegar a morir. Puede presentar síntomas como nerviosismo, dolor, deshidratación, convulsiones, vómitos o diarrea.

El chocolate contiene cafeína y teobromina, una sustancia que puede causar grandes daños en el sistema nervioso de los perros.

Si por error comió un pedazo de chocolate, pedir ayuda a su veterinario sería una medida preventiva para que le cause molestia en si interior.

Lácteos.

La lógica nos dice que el sistema digestivo y estructural del cuerpo humano es muy diferente a la de los perros, relacionando lo anterior, los estudios dicen que los perros no cuentan con la enzima lactasa que se encarga de descomponer la lactosa. Presentan síntomas como diarrea, vómitos y otros problemas gastrointestinales.

Los alimentos lácteos quedan descartados en su dieta cotidiana como el helado, queso, leche y demás alimentos que nos podemos encontrar.

La única leche que sí pueden ingerir es la de su madre o la que es especialmente hechas para ellos, las cuales las puedes encontrar en centros veterinarios, pregunta a un profesional sobre este producto.

Aguacate.

No es tan habitual que las personas den esta fruta a sus perros, pero existen casos en los que sí lo han hecho, tal vez por equivocación, un descuido o por la mera intención de hacerlo. Ojo, el aguacate tiene en su composición una toxina llamada Persina que resulta potencialmente peligrosa. Algunos perros son alérgicos a ella lo que les causa problemas digestivos y dificultad respiratoria.

Uvas y pasas.

Las uvas y pasas resultan nocivas (causan insuficiencias renales) para estos animales incluso en cantidades pequeñas.

Cebolla y su familia.

Las cebollas, ajos, puerros, cebolletas y chalotes (todos ellos de la misma familia) cuentan con una sustancia llamada Tiosulfato capaz de causar anemia hemofílica (al destruir las células rojas de la sangre) si se consume de forma prolongada. De todos ellos el más peligroso es sin duda alguna el ajo.

Si se emplea en su dieta diaria, el peligro es aún mayor, pero si no es así, las probabilidades son bajas. Sin embargo, evita darle cualquiera de este tipo, hazlo por ellos y por su bienestar.

Hígado.

El hígado, puesto que contiene una gran cantidad de vitamina A que los perros no asimilan de forma natural. En pequeñas porciones y de forma ocasional no es peligroso. De hecho se usa en dietas de comida natural como BARF. Como todas las carnes, siempre mejor cocinado que crudo.

Azúcar y dulces.

Éstos están totalmente descartados como alimento para ellos, ya que al paso del tiempo, pueden generar severas complicaciones como obesidad, diabetes o pérdida de la vista.

Existen algunos que no tienen azúcar, pero ten mucho cuidado con los que contengan Xilitol, un edulcorante que se suele usar en chicles, pastas de dientes o caramelos. El Xilitol puede causar vómitos, convulsiones, letargo, falta de coordinación, deterioro de encías y en casos graves hemorragias internas. También puede causar que el páncreas libere más insulina de la necesaria.

Esperamos que esta información te haya sido de mucha ayuda para que la próxima vez que trates de darle alguno de ellos, lo pienses dos veces. Y si no ha sido así, felicidades, has estado haciendo un excelente trabajo.